El viernes 21 de noviembre fuimos en autobús a Orduña a ver una iglesia antigua, aunque no pudimos ver mucho por culpa de la niebla y la lluvia. Más tarde fuimos a Orozco a ver un museo, narraba la vida de los vascos en las montañas, cómo hacían la comida, los zapatos, cómo eran sus casas, cómo hacían la energía. También había un esqueleto del último oso que anduvo por Orozco, fue en el siglo XIX y también un perro y una cabra disecados. Una buena forma de conocer el paisaje y de disfrutar del aroma de las montañas (sin contar el de los coches y las cacas de vaca)
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